La sociedad en la que vivimos lleva un ritmo frenético y exige la inmediatez en todos los ámbitos de la vida. Eso se refleja en nuestros hábitos de consumo y en la rápida generación de residuos que dejamos abandonados por el planeta. El artista Lisboeta Artur Bordalo usa su arte para concienciar sobre la situación de emergencia en la que vivimos. Para ello, crea esculturas con las víctimas de la contaminación a partir de aquello que las mata: la basura.
La producción excesiva de «cosas» o el consumo desmedido, que se traduce en la producción continua de «basura» y, en consecuencia, en la destrucción del Planeta, son los temas centrales de su producción artística. Esta «basura» se asume como la insólita y única materia prima que Bordalo utiliza en la construcción de piezas de pequeña y gran escala que ha difundido por todo el mundo y que, sobre todo, pretenden ser el vehículo de un manifiesto universal.
Desde sus inicios, en 2014, ha reciclado más de 60 toneladas de material para concienciar sobre la contaminación ambiental, la sostenibilidad y la extinción de los seres vivos. El espacio público se convertiría en el escenario elegido para sus exploraciones del color y la escala, y en la plataforma donde fue transformando sus hábitos y canalizando sus experiencias en la construcción y desarrollo de su obra artística, centrada actualmente en cuestionar la sociedad materialista y codiciosa de la que (también) forma parte.
Su obra defiende la filosofía «La basura de una persona es el tesoro de otra». El artista urbano usa la basura y la chatarra abandonadas en fábricas para crear sus obras de arte. La materia prima que destaca es el plástico, uno de los materiales más utilizados por el ser humano y que tarda más tiempo en degradarse.
Cuando se observa su obra de cerca, se pueden apreciar los distintos objetos que la conforman: señales de tráfico, tuberías, ruedas de juguete… Mirados en conjunto y de lejos, conforman la imagen tridimensional de un animal. La gran mayoría de sus esculturas se camuflan con el ambiente y muestran los colores naturales del animal.
En cuanto a la elección de los animales representados, Bordalo suele decantarse por especies autóctonas, en peligro, en extinción o incluso extinguidas. El objetivo es generar una relación emocional y afectiva entre estos grandes animales y quienes los observan, buscando promover el cuestionamiento de nuestros actos y hábitos y, quién sabe, su posterior transformación y evolución.
El proceso de producción de cada obra implica la recogida de material, el corte y la adaptación del material recogido, el montaje, la fijación y la pintura (si es el caso). La «basura» es la materia prima que se utiliza predominantemente, en particular la «basura» resultante de plásticos de alta densidad que ya han dejado de servir para el uso al que estaban destinados inicialmente.
