La logística verde (va en cursiva porque este concepto es de por sí un oxímoron) es un enfoque que busca reducir el impacto medioambiental de la cadena de suministro, centrándose en prácticas sostenibles como la movilidad con energías renovables, la reducción de residuos en los centros de almacenaje, el uso de envases ecológicos y la optimización de la llamada «última milla», que es la etapa final de entrega al cliente. Este concepto ha cobrado mayor relevancia debido al auge del comercio electrónico, que ha incrementado la demanda de operaciones logísticas y, con ello, las emisiones de gases de efecto invernadero.

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Según la Agencia Internacional de la Energía, el transporte de mercancías es responsable del 10% de las emisiones globales de CO2, y en España, esta cifra alcanza el 25%. El transporte por carretera, que representa el 75% de estas emisiones, es uno de los principales desafíos para la sostenibilidad. La logística, entendida como el proceso que lleva una mercancía desde su fabricación hasta el cliente final, se ha convertido en un elemento clave para reducir estas emisiones y, al mismo tiempo, mejorar la competitividad de las empresas. En España, el sector logístico y de transporte emplea a más de un millón de personas.

El crecimiento del comercio electrónico ha transformado los sistemas de embalaje, almacenaje y transporte, y ha generado mucha entropía en los comportamientos de los consumidores. Diariamente, se entregan alrededor de 1,5 millones de paquetes en todo el mundo, lo que ha llevado a los expertos a replantear las operaciones logísticas para hacer dichas entregas más sostenibles. La logística verde no solo se enfoca en la gestión de residuos y la eficiencia energética, sino también en la reducción de embalajes, el uso de materiales sostenibles y la optimización de los sistemas de distribución y recogida, aunque, naturalmente, lo más deseable a nivel ambiental sería reducir el consumo y aumentar la reutilización de bienes.

logística verde 02Una de las técnicas más destacadas en la logística verde es el backhaul, que consiste en aprovechar los viajes de vuelta de los camiones para transportar carga, reduciendo así costes y emisiones de dióxido de carbono (CO2). Esta práctica es especialmente relevante en Europa, donde el 75% del transporte de mercancías se realiza por carretera. Sin embargo, el aumento de la distribución a domicilio, impulsado por el comercio electrónico, ha generado un incremento en las emisiones de CO2, especialmente en la «última milla», que representa hasta el 40% de los costes logísticos totales y el 20% del tráfico en las ciudades.

Para abordar este problema, se proponen diversas soluciones, como el uso de furgonetas eléctricas, la distribución nocturna de mercancías, la utilización del transporte público y la creación de puntos de recogida en barrios para que los consumidores puedan retirar sus pedidos. Además, se promueve la colaboración entre empresas logísticas y la creación de «hubs» urbanos, que son almacenes pequeños y ágiles ubicados en el centro de las ciudades. Estos hubs podrían aprovechar espacios infrautilizados, como los mercados de proximidad, para reducir la distancia de entrega y minimizar el impacto ambiental.

En cuanto al transporte de larga distancia, el ferrocarril se presenta como una alternativa más sostenible, ya que consume seis veces menos energía y emite nueve veces menos CO2 que el transporte por carretera. Sin embargo, en España, solo el 3% de las mercancías se transportan por tren, frente al 75% que se mueve por carretera.

La intermodalidad, que combina diferentes medios de transporte, también es una estrategia clave para reducir las emisiones. Por ejemplo, coordinar el transporte marítimo con el terrestre puede ser menos contaminante que realizar todo el recorrido por carretera. Además, la transformación digital juega un papel crucial en la optimización de rutas y la reducción de la huella de carbono, mediante el uso de software y herramientas de gestión logística.

logística verde 03En los centros de almacenaje, la sostenibilidad se enfoca en reducir los desechos y el consumo energético. Se promueve el diseño de almacenes con luz natural, el uso de energías renovables y la implementación de tecnologías como la realidad aumentada para optimizar la gestión de inventarios. En cuanto a los embalajes, la logística verde aboga por eliminar los envases innecesarios y utilizar materiales reciclados, biodegradables y compostables, aplicando la regla de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar.

En conclusión, la logística verde representa un cambio cultural y operativo en la cadena de suministro, que no solo beneficia al medioambiente, sino que también ofrece oportunidades para mejorar la eficiencia y la competitividad de las empresas. La colaboración entre actores, la innovación tecnológica y la concienciación de los consumidores son elementos clave para avanzar hacia una logística más sostenible.

Todo ello debe de ir acompañado por una relajación en los hábitos de consumo de las sociedades, lo cual es clave para un futuro sostenible. Primero, educar sobre los impactos ambientales y sociales del consumo excesivo fomenta conciencia. Segundo, promover la economía circular, reutilizando y reciclando productos, reduce la demanda de nuevos bienes. Tercero, apoyar el consumo local y productos éticos disminuye la huella de carbono. Cuarto, priorizar las experiencias sobre poseer bienes reduce la necesidad de acumular objetos. Pequeños cambios individuales y colectivos pueden generar un impacto significativo.

 

Publicación: 20 de febrero de 2025
Tipo de recurso: Ecológica